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Vallecas: los años de barro

Este es un cómic escrito por Rodolfo Serrano el cual nos habla de cómo fue evolucionando uno de los barrios de Vallecas, Palomeras.


Esta historia empieza en 1958. Vallecas es el barrio más humilde de Madrid, pero, una de las cosas que nos enseña el cómic es que la gente de estos barrios es más comprensiva y amable de lo que son la gente con dinero, entre otras cosas.


En el capítulo 1º se nos presenta al narrador del cómic, Carlos, el cual nos cuenta cómo era la vida allí. En este capítulo Carlos nos cuenta cómo fue mudarse a allí, nos dice que cuando se mudó a Palomares en 1958, las calles eran de barro, no había acera y que el suelo estaba hecho también de barro. Tampoco había electricidad, así que para calentarse y tener luz tenían que usar una máquina que usaba carburo. Aparte de oler mal y poder producir enfermedades respiratorias, cuando se encendía, había una posibilidad de que explotara e hiciera mucho daño, como le pasó a su vecino. Él, al principio, vivía con unos familiares, pero allí las casas ni están bien hechas ni tienen mucho espacio porque normalmente eran las mismas personas las que tenían que hacerlas, como su padre que terminó haciendo una. Cuando terminaron, con ayuda de gente que simplemente pasaba por ahí, unos policías de aquella época, los cuales no eran muy comprensivos, querían tirar abajo su casa y un cura salió en su defensa, y gracias a eso no tiraron su casa abajo.

En el capítulo 2º se nos dice que ya estaban cansados de vivir sin electricidad así que todos los días, varias mujeres iban a casas de luz para que les pusieran electricidad, pero parecen ignorarlos. Un día les dijeron que tenían que ir al ayuntamiento, allí les dijeron que necesitaba el reconocimiento de que era una casa habitable y para eso se necesitaba un váter, así que el padre de Carlos compró uno y cuando vino la inspectora a ver todo el barrio, les dio el permiso, pero los demás no tenían váter, por lo tanto, su padre se lo alquiló a todos, aunque nunca se ve que pida el dinero así que probablemente nunca les haya cobrado. Los obreros se fueron pasando el váter casa por casa para que lo viera la inspectora y gracias a eso, consiguieron electricidad.


En el capítulo 3º se nos habla de que un amigo de Carlos que lo llevó a un sitio llamado San Agustín, el cual era un descampado en el que se juntaban para jugar a las cartas apostando. Ese día, Carlos vio como alguien que perdió amenazó con un cuchillo al que le ganó diciendo que hizo trampa y, en vez de llamar a la policía y empeorar la situación, fueron las mismas personas de alrededor los que le hicieron entrar en razón sin violencia. Algo curioso de este capítulo es que, aunque se vea a gente perdiendo, nunca muestra cómo se dan dinero, así que probablemente ni siquiera den dinero, es decir, se lo perdonan, algo parecido al capítulo anterior.


En el capítulo 4º se nos cuenta cómo vivían los rojos en aquella época, ni en sus pueblos ni en ningún lado podían conseguir trabajo o vivir tranquilos por el franquismo. Vallecas era, y sigue siendo, un barrio lleno de rojos, así que los rojos se iban allí para poder tener trabajo y no ser tan perseguidos. Aunque, aun así, se nos cuenta cómo cada vez que está cerca el 1 de mayo, el día de los trabajadores, se llevan a José, el cual es un rojo y le pasan tres días dando palizas y vuelve en un estado físico lamentable. Cuando llega el 1 de mayo, le da una paliza a su perro llamado Franco por su trauma y porque esas experiencias estaban tocando mucho la cabeza. Algo que se menciona y se muestra en la obra es que toda persona que viva en Vallecas acaba siendo un rojo.


En el capítulo 5º se nos habla de los patios comunes, el cual consiste en un espacio entre las casas que era usado para todo, tender la ropa, jugar, tomar algo, charlar… De noche, hasta dejaban muebles allí porque sus casas eran muy pequeñas y tenían que ahorrar espacio.


El capítulo 6º, el cual considero el más interesante junto con el capítulo 4º, nos habla de que un día llovió mucho y, como el suelo es de barro, se inundó todo. La gente estaba muy dolorida porque, aunque sólo fueran cuatro cosas sin valor monetario, sus ilusiones y sus cosas ahora solo eran 4 cacerolas o libros empapados, embarrados e inservibles así que fueron en masa a protestar al ayuntamiento. Pero la policía franquista no dudó en ir a por ellos, aunque tuvieran razón. Hombres, mujeres y hasta niños recibieron grandes palizas y tampoco los escucharon. También se nos habla de que había policías de incógnito, aunque solo en aquellos barrios al exterior de Vallecas ya que, según te ibas acercando al núcleo, había cada vez más rojos, hasta tal punto de que los policías no entraban allí ya que si lo hacían, sabían bien que no era muy probable que volvieran. Otra cosa de la que se nos habla es que hacían asambleas y reuniones secretas en la iglesia aunque era ilegal.

En el último capítulo se nos habla de la dueña de la tienda de cómics y alimentación del barrio, la cual se mudó allí porque su novio, que vivía en Palomeras,estaba enfermo de tuberculosis y quiso estar cerca para cuidarlo y también se trajo su negocio de comics y alimentación, pero su novio falleció.


Por último, se nos cuenta que la única persona que tenía televisión, la ponía en la ventana para que todo el mundo la pudiera ver.


De este cómic se pueden resaltar demasiadas cosas, ya que se nos cuenta como aquellos obreros vivían y luchaban por mejorar aquellas condiciones de vida lamentables, las cuales los ricos no tienen, aunque no debería ser así ya que ese dinero que tienen viene de la clase obrera, pero pasando un poco de esto, que es la base, me gustaría resaltar una cosa muy importante que se está perdiendo y que en el único sitio en el que se encuentra es en los barrios más humildes. Estoy hablando de esa solidaridad obrera que tienen. No hay que ser muy listo para darse cuenta de esto, ya que en toda la obra está presente. Por ejemplo en el capítulo 1º cuando personas que simplemente pasaban por ahí les ayudaron a construir la casa y cuando el váter fue prestado. También un detalle que hay es que, cuando aquella persona amenazó a la otra con el cuchillo, los que estaban alrededor le hicieron entrar en razón sin necesidad de violencia. Hoy en día se aplica rápido la violencia, o se pasa de ello, o se llama a la policía, lo cual empeora la situación de aquella persona. Esta solidaridad sólo se ve en estos barrios porque ellos se ven como iguales, no son gente a la que superar, sino compañeros que se ayudan mutuamente para salir adelante. En cambio, la gente que cobra 200 euros más al mes o tienen un “mercedes”, aunque tengan que tirar de la pensión de sus padres para llegar a fin de mes, ya se creen superiores a esas personas aunque sean explotados y oprimidos de la misma manera. Aquí entra el egoísmo humano ya que, prefieren sentirse especiales y sentirse en un grupo superior a otro, el cual en el fondo no existe porque como dije antes, todos son explotados y oprimidos de la misma manera. Estos son los típicos ingenuos de esta sociedad que apoyan que los exploten, que la edad de jubilación sea mayor o que se anteponga una cerveza a la sanidad pública. Lo que les falta a estas personas es esa conciencia de clase y quitarse esa ignorancia. Así que, llegados a este punto, podemos decir perfectamente que el peor enemigo del trabajador es el propio trabajador. Otra cosa que me gustaría resaltar es que estas personas, ya sean comunistas, anarquistas o que tengan ideas para mejorar este sistema defectuoso que tenemos, son puestas a parte, o hasta asesinadas, un ejemplo es Rosa de Luxembourg, la cual fue una de las dirigentes de la revolución alemana y tenía unas ideas muy buenas, fue asesinada en el 1919 por su valor en la lucha y sus ideas. Un ejemplo en el comic es como tratan a los rojos, aparte de que la policía franquista los trate fatal con palizas y torturas que eso se sabe bien, algo que no se sabe tanto es que también la misma clase obrera los marginaba, lo cual se describe a la perfección en el capítulo 4º. Y hoy en día también pasa. En las revueltas, no las huelgas que son de un día para otro, sino en las revueltas serias de lucha, esa gente es aporreada y detenida sólo por luchar por sus derechos. Una cosa interesante que pasa es que Vallecas es apodado como ¨la Rusia chica¨, esto es porque al vivir como ellos y estando en ese ambiente obrero terminas comprendiendo sus ideas y apoyándolas. Es por esto por lo que se suele decir que el que entra en Vallecas, se vuelve rojo. Una cosa que lamentablemente se ha perdido es ese espíritu de lucha, ya que ellos se enfadaron muchísimo e hicieron una revuelta masiva por esa inundación, pero hoy en día extienden la edad para jubilarse y no decimos nada, somos oprimidos y no decimos nada, los salarios son una miseria y tampoco decimos nada porque estamos a gusto con nuestros 1.200 euros al mes por 12 horas de trabajo al día, en nuestro sofá con nuestra cerveza, trabajando domingos y sin una seguridad social buena o sin una sanidad decente mientras que hay gente durmiendo en la calle sin tener nada que comer, mientras le dan de comer a un empresario que aparte de no hacer nada y llevarse todo el dinero, no dudará en ponerlo en la calle, con políticos nacionalistas que van en contra de nuestros derechos, pero eh, lo más importante para nosotros no es cambiar este sistema o luchar por nuestros derechos, tener una sanidad digna o tener una buena educación para no caer en las tretas que nos dicen, es esa cerveza que nos tomamos en el bar de la esquina viendo el fútbol.


Personalmente, creo que a estas personas les hubiera venido bien vivir en Vallecas para que no tuvieran esa tontería y que adquirieran al menos un poco de solidaridad obrera y de conciencia de clase.


Creo que es una buena obra de la que podemos aprender todos.

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